miércoles, 5 de junio de 2013

Las clases de Ética

En el curso  pasado, cuando estaba en 3º de ESO y me dieron la matrícula para el curso siguiente y vi la asignatura de Ética, pensé que iba a ser una clase muy aburrida. Sin embargo, han pasado nueve meses desde que empezaron las clases y la opinión que tenía sobre la asignatura ha ido cambiando poco a poco a mejor.
Ahora, que el curso esta a punto de terminar, he llegado a la conclusión de que la asignatura de Ética sirve para algo y los viernes se hacen más amenos desde que tenemos dicha asignatura. En apenas cincuenta y cinco minutos de clase nuestro profesor, Enrique P. Mesa nos ha enseñado, entre otras muchas cosas, lo que son y como alcanzar los valores morales así como cuál es el problema de la felicidad.
Mi calificación de esta clase es, por tanto, muy positiva. La manera que tiene el profesor de dar su asignatura, en mi opinión es excelente, pues como dice  él, a poco que escuchemos, aprendemos. Y es que, en el momento que Enrique entra en el aula y pinta en la pizarra su famosa línea, todo el mundo se calla; entonces el profesor empieza a hablar y creo que es de las pocas clases en la que los alumnos se mantienen en silencio y aprenden más. Además, como pone ejemplos de la vida real y de las cosas que nos pueden ocurrir en el futuro, se asimilan mejor los conceptos y disfrutamos de la clase aprendiendo.

En definitiva, creo que esta clase es la que mejor aprovechamos.