El racismo es un sentimiento
de rechazo que sienten algunas personas hacia otras por razón de su raza,
aunque también puede ser por su religión, estatus social, etc.
El racismo no es algo nuevo,
que haya aparecido en los últimos años. Ya en la Antigüedad, los griegos se
consideraban superiores a sus esclavos y a los extranjeros.
Más cercano a nuestros días,
otro ejemplo de discriminación lo podemos encontrar en la Alemania nazi de
mediados del siglo XX, cuando la ideología de Adolf Hitler provocó la muerte de
millones de judíos y gitanos, porque eran considerados una raza inferior y eran llevados a campos de
exterminio donde acababan muriendo haciendo trabajos forzados o bien en las
cámaras de gas.
En la actualidad, el problema
del racismo también es importante y grave en la Unión Europea y sobre todo, en
algunos países como Croacia y Eslovenia donde los gitanos no tienen apenas
derechos sociales, y ni siquiera los niños gitanos van a la escuela primaria.
En mi opinión, la
discriminación por la raza o por cualquier otro motivo es una injusticia
demasiado grande, pues la única raza es la humana, sin embargo, otras personas
piensan lo contrario. Nadie debe ser discriminado por su color de piel, pensamiento o religión, pues todas las personas somos
seres humanos iguales.
Debemos ser más tolerantes
con los demás y tener en cuenta que la verdadera riqueza de nuestra sociedad
está en la diversidad de culturas, creencias, etc.